30 mayo 2013

Lanzamos en Tucumán la campaña contra la precarización de la vida y el trabajo


DE QUÉ HABLAMOS CUANDO HABLAMOS DE PRECARIZACIÓN
El mercado de trabajo, donde todos aquellos que sólo pueden vender su fuerza de trabajo (es decir trabajan para sobrevivir) ha mutado en las últimas cuatro décadas en el mundo entero, en función del agotamiento de un patrón de acumulación (que es básicamente cómo se distribuye el excedente que generan los miles de trabajadores en la economía local). Las condiciones y medio ambiente de trabajo han sido eje de constantes y sistemáticos ataques. Aquí algunas claves para entender el problema y preguntarnos: ¿Estoy precarizado? Sumate a la campaña contra la precarización de la vida y el trabajo.


Historizando un poco…
El mercado de trabajo, donde todos aquellos que sólo pueden vender su fuerza de trabajo (es decir trabajan para sobrevivir) ha mutado en las últimas cuatro décadas en el mundo entero, en función del agotamiento de un patrón de acumulación (que es básicamente cómo se distribuye el excedente que generan los miles de trabajadores en la economía local).
Las condiciones y medio ambiente de trabajo han sido eje de constantes y sistemáticos ataques.

¿Qué comenzó a suceder en los ´70? 
Flexibilización: proceso que generó la desregulación (alteración de las reglas) del mercado de trabajo, es decir intenta eliminar restricciones y adecuar los salarios, cantidad de trabajadores, productividad de estos, tiempos de trabajo a las demandas y necesidades de los empleadores tanto del ámbito privado como público

Precarización: proceso que se caracteriza principalmente por generar (o convertir) empleos inestables (en su forma de contratación) y sin protección (en relación a los derechos laborales históricamente consagrados)

¡Atención! No olvidemos que la precarización es una intensificación de la explotación
inherente a las relaciones sociales del sistema en el que vivimos.

¿Cuándo y cómo se profundizaron esas mutaciones en Argentina?
La última dictadura cívico – militar genera todas las condiciones para la caída exponencial del poder adquisitivo de los trabajadores. Las leyes de flexibilización laboral del año 1992 abrieron el juego a un sinfín de formas de precarizar las condiciones de trabajo. Iniciadas en el ámbito del Estado y hacia sus trabajadores, fueron replicadas en todo el sector privado (agrario, industrial y sector de servicios). Esto, sumado al aumento sin precedentes de la desocupación, disciplinó a los trabajadores y los llevó a aceptar cualquier relación laboral a cambio de algún salario (por más bajo que sea)

¿Cómo darnos cuenta si estamos precarizados/as en nuestro lugar de trabajo?


Empleo Protegido – Estable (ámbito público o privado)








-Son respetados los derechos laborales
-El salario es igual o mayor al salario mínimo vital y móvil (y acorde al que se negoció mi rama o sector en las últimas paritarias)
-Cobro aguinaldo, tengo vacaciones pagas, puedo hacer uso de las licencias (maternidad, paternidad, enfermedad, día de estudio, etc. etc)
-Percibo un plus por antigüedad en la tarea
-Se contemplan los ascensos y jerarquización del puesto de trabajo
-Tengo obra social, mis aportes jubilatorios están siendo realizados junto a los aportes patronales.
-Tengo Aseguradora de Riesgos del Trabajo (ART)
-Si soy despedido, tengo derecho a cobrar indemnización
-Mi jornada laboral está estipulada en x horas y es cumplida
-Si trabajo más horas de las estipuladas, me pagan horas extras
-Estoy bajo Convenio Colectivo de Trabajo y es respetado

(Aunque tenga trabajo protegido a veces sucede que la jornada laboral se extiende y no son pagadas como horas extras, no cobro en tiempo y forma, cada vez que pido licencia es un problema y, no está bien visto que esté afiliado a un sindicato)

Empleo no protegido – Inestable – Precario (ámbito público o privado)









-Tenemos tantas formas de contratación como compañeros/as: Hay trabajadores autónomos, monotributistas (con y sin contrato), contrato de locación de servicio y de locación de obra pasantes, sin contrato y sin factura, contraprestaciones, pasantes, becarios/as, trabajadores bajo decreto N…
-La jornada laboral no está estipulada. Si trabajamos más horas, no son pagadas como horas extras
-No tengo obra social, ni aportes jubilatorios, ni aguinaldo, ni vacaciones pagas
-No está considerada la antigüedad, a pesar de que hace muchos años que estoy en el mismo puesto
-No hay carrera, ni ascensos ni jerarquización de tareas
-Si falto por enfermedad es descontado porque no tengo este tipo de licencia
-No cuento con ART
-Algunos tienen prohibido sindicalizarse o agremiarse para defender sus condiciones de trabajo
-Puedo ser despedido/a en cualquier momento sin cobrar indemnización
-Hago todo tipo de tareas, ninguna está estipulada


¿Qué otras formas toma la flexibilización y/o la precarización en las condiciones de trabajo?

Tercerización: hacemos las mismas tareas que otro trabajador en el mismo lugar de trabajo, pero quien nos contrata no es el mismo empleador (sea empresa privado o el Estado nacional, provincial o municipal). Esto genera que sean garantizados y respetados ciertos derechos laborales a unos y no a otros.

Rotación sistemática del personal y de las tareas que realizan (polivalencia – multifunción): como nuestras tareas no están conveniadas (pactadas en un convenio de trabajo entre patrones, trabajadores y el Ministerio de Trabajo) son asignadas sin criterio y sin límite tanto en el lugar de trabajo como en otros lugares que así lo considere el empledor.

Círculos de calidad: con la intención de “intercambiar sugerencia para mejorar el trabajo de todos”, convocan a actividades colectivas donde invitan a que los trabajadores brindemos todo nuestro saber teórico y práctico, y así incorporarlos al procedimiento estándar. Así si el trabajador es despedido/a, es más fácil reemplazarlo, pues ya dejó todo su conocimiento a disposición.

Y, el excesivo control ¿por qué se produce?
El control de los trabajadores es una de las más antiguas formas de exigir que éstos trabajen en su máxima capacidad. Progresivamente son disciplinados para cumplir con las exigencias de quien los emplea, con la amenaza de despido, que provoca que se acepte sin miramientos dichas exigencias, y que evita sistemáticamente la organización del conjunto de los trabajadores en la defensa de sus propios intereses.

De la organización, unidad y rebeldía contra las crudas manifestaciones del trabajo explotado, surgieron los Convenios Colectivos de Trabajo y las Negociaciones Colectivas para frenar las arbitrariedades, excesos, obligaciones sin derechos, a la que eran (y somos) sometidos los trabajadores

Más sobre todos estos temas en ¿De qué hablamos cuando hablamos de precarización? Parte II

¿Por qué una campaña contra la precarización de la vida?
Los y las trabajadores/as que vivimos de nuestro salario mes a mes, y que conocemos lo que implica y genera la desocupación (por que la hemos vivido en carne propia, o nuestro padre/madre, abuelos/as, tíos/as, hermanos/as, primos/as) pero también las precarias condiciones en que hoy por hoy trabajamos, sin protección ni estabilidad, sin la garantía de los derechos laborales históricamente consagrados y conquistados, con salarios que no son acordes a las tareas que realizamos (y que pierden mes a mes el poder adquisitivo) sin saber si el mes que viene podremos pagar el alquiler, o el crédito, o la medicina prepaga, o los cospeles que usa toda nuestra familia…

¡Las precarias condiciones de trabajo, precarizan nuestra vida!
Decile NO a la PRECARIZACIÓN
Sumate a la campaña

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